domingo, 3 de febrero de 2008

LLEGANDO AL VALHALLA...........


En la mitología nórdica, Valhalla es el paraíso al cual los héroes van al morir en combate. Se sitúa en el palacio de Odín en Asgard, donde los héroes fallecidos son bienvenidos por Bragi y conducidos por las valquirias.
Tiene quinientas cuarenta puertas, muros hechos de
lanzas, un tejado hecho de escudos y bancos cubiertos de armaduras. Se dice que hay lugar suficiente para todos los elegidos. Aquí, todos los días, los guerreros muertos que asistirán a Odín en el Ragnarok, el conflicto final de los dioses con los gigantes, se preparan para la batalla en las llanuras de Asgard. Por la noche, retornan a Valhalla para disfrutar de banquetes de jabalíes acompañados de hidromiel.
Los que no consiguen méritos suficientes para ascender a Valhalla, terminan en
Niflheim (reino de la oscuridad y de las tinieblas, gobernado por la diosa Hela) o en otros sitios designados. Los que se pierden en el mar, por ejemplo, son llevados al palacio de Ægir en el fondo del mismo.
En Valhalla, además de las valquirias y los espíritus de los guerreros (
Einherjar), también hay un gallo llamado Gullinkambi que los despierta cada mañana y está destinado a advertir la llegada del Ragnarok.
El Ragnarok será precedido por el Fimbulvetr o Fimbulwinter, el invierno de Inviernos: tres inviernos sucesivos se seguirán uno a otro sin verano. Como resultado, explotarán los conflictos y las peleas, y todos los mortales desaparecerán.
Después de una persecución perpetua, el lobo
Skoll y su hermano Hati finalmente devorarán a la diosa sol y a su hermano Mani respectivamente. Las estrellas desaparecerán de los cielos , sumiendo a la tierra en oscuridad.
La tierra se estremecerá tan violentamente que los árboles serán arrancados de raíz y las montañas caerán; cada unión y cada eslabón se romperá y se separará, liberando a Loki y su hijo, el lobo Fenrir. El terrible hocico de este lobo se abrirá tanto, que la parte inferior de su quijada raspará contra la tierra y la parte superior de su quijada ejercerá presión contra el cielo. Las llamas bailarán en sus ojos y saltarán de sus fosas nasales.
Eggther, el vigilante de los Jotuns, se sentará en su tumba y rasgará su arpa, sonriendo severamente. El gallo rojo Fjalar cantará a los gigantes y el gallo de oro Gullinkambi cantará a los dioses. Un tercer gallo
, de color rojo óxido, levantará a los muertos en Hel.
Jormundgander, la serpiente de Midgard, se levantará del lecho profundo del océano para dirigirse hacia la Tierra, torciéndose y girando en furia sobre sí misma, causando que los mares se alcen y azoten contra la tierra. Con cada respiración, la serpiente arrojará veneno, salpicando la Tierra y el Cielo con el.
De las tierras del este, el ejército de
Jotuns, conducido por Hrym, saldrá de su hogar en Jotunheim y navegará la espantosa nave Naglfar (fabricada con las uñas de hombres muertos), que serán liberados por el tsunami y la inundación, hacia los campos de batalla de Vigrid.
Desde el norte, una segunda nave fijará sus velas hacia Vigrid, con Loki, ahora desatado, como timonel, y los horrorosos habitantes de Hel como peso muerto.
El mundo entero estará en guerra, el aire temblará con los ruidos, fragores y ecos. En medio de esta agitación, los gigantes de fuego de
Muspelheim, conducidos por Surt, avanzaran hacia el sur y romperán en dos el propio cielo, cerca de Vigrid, dejando todo a su paso quemándose en llamas. Mientras cabalgan hacia Bifrost, el puente del arcoiris, éste se agrietará y se romperá detrás de ellos. Garm, el perro del infierno frente a Gnipahellir, también conseguirá liberarse. Él se unirá a los gigantes de fuego en su marcha hacia Vigrid.
De esta manera, todos los Jotuns y todos los habitantes de Hel, Fenrir, Jormundgander, Garm, Surt y los hijos ardientes de Muspelheim, se reunirán en Vigrid. Todos ellos llenarán el vasto terraplén que se extiende a ciento veinte leguas en cada dirección.
Mientras tanto,
Heimdal, siendo el primero de los dioses que verá a los enemigos acercarse, soplará su cuerno Giallar, que sonará con tal ímpetu que será oído a través de los nueve mundos. Todos los dioses despertarán e inmediatamente se reunirán en consejo. Después Odín montará Sleipnir y galopara a la morada de Mimer para consultarle por acerca de la esperanza de su pueblo y de él mismo.
Entonces,
Yggdrasil, el árbol del mundo, se sacudirá desde la raíz a la punta. Todo en la tierra, el cielo y Hel temblará. Todo los Aesir y Einherjer se pondrán sus vestimentas de batalla. Este extenso ejército (432.000 Einherjer - 800 de cada una de las 540 puertas del Valhalla) marchará hacia Vigrid y Odín cabalgará al frente, usando un casco de oro y una faja brillante, sacudiendo a su lanza Gungnir.
Odín se dirigirá hacia Fenrir; y Thor a su derecha, no podrá ayudarle porque Jörmungand, su viejo enemigo, inmediatamente lo atacará. Freyr luchará contra el gigante de fuego Surt, pero se convertirá en el primero de todos los dioses en sucumbir pues él habrá prestado su propia espada a su criado Skirnir. Todavía quedará una larga batalla antes de que sucumba Freyr. Tyr logrará matar a Garm, pero será herido tan seriamente que sobrevivirá pero sólo hasta poco después de que el mundo sea destruido por el fuego. Heimdall se encontrará con Loki, y ninguno sobrevivirá el igualado encuentro. Thor matará a Jörmungandr con su martillo Mjolnir, pero solo podrá dar nueve pasos antes de caer absolutamente muerto, envenenado por la saliva que Jörmungandr escupió sobre él. Odín peleará con su poderosa lanza Gungnir contra Fenrir pero finalmente será devorado por el lobo después de una larga batalla. Para vengar a su padre, Vidar llegara inmediatamente y pondrá un pie en la quijada del lobo. En este pie él calzará el zapato que ha estado forjando desde el principio de los tiempos, que consiste en tiras de cuero cortadas por los hombres sobre los dedos del pie y los talones de sus zapatos. Con una mano agarrará la quijada del lobo y quebrara su garganta, matándole por fin.
Entonces, Surt quemará al mundo entero con fuego. La muerte le llegará a todos los seres en la Tierra. El sol se apagará y las estrellas desaparecerán de los cielos. Surgirán vapores tóxicos y las llamas estallarán, abrasando el cielo con el fuego. Finalmente, la tierra se hundirá en el mar.........


miércoles, 16 de enero de 2008

lunes, 7 de enero de 2008

LOS TUATHA DÈ DANANN

Los Tuatha Dé Danann fueron el quinto grupo de habitantes de IRLANDA. Se piensa que ellos representan a los dioses Irlandeses Goidelicos, para los cristianos son reyes y a héroes históricos.
AL COMIENZO:
La tribu de los Fomori se encontraba ya en el territorio mucho antes de que llegasen a Irlanda las demás razas. Sin embargo, éstos vivían principalmente en el mar. La primera raza no autóctona en invadir Irlanda fue la Partholon, y se sabe muy poco de ella. Tras 300 años de lucha contra los Fomori, los Partholon murieron de una epidemia.
Posteriormente, llegó la raza Nemed, que fué también víctima de una epidemia, pero, esta vez, sobrevivieron algunos, aunque sólo para ser esclavizados por los crueles fomorios. Los reyes fomorios Morg -hijo de Dela- y Connan -hijo de Febar- erigieron una torre de cristal en su baluarte de la isla de Tory, desde el que gravaron con un terrible impuesto a los nemedios. Dos terceras partes de los niños que nacían cada año debían ser entregadas a los fomorios durante el Samhain (31 de octubre). Tras la guerra iniciada para librarse de este impuesto, todos los miembros de la raza de Nemed fueron asesinados.
Más tarde, llegaron colonizadores desde tierras lejanas, los firbolg, que, en realidad, eran tres tribus: la de los hombres de Domnu, la de los de Gaillion y la de los del Bolg. Todos ellos se casaron entre sí y con los fomorios, convirtiéndose en aliados de éstos. Los recién llegados dividieron Irlanda en cinco provincias que se unían en la colina de Balor, en West Meath, posteriormente denominada Colina de Huisnech. Todos estos pueblos practicaron extraños ritos mágicos y continuaron dominando el territorio hasta la llegada de los "Tuatha De Danann".
Los Tuatha De Danann (hijos de la Diosa Dana) prosiguieron con la invasión de Irlanda. Algunas leyendas dicen que vinieron del cielo; otras, que procedían de islas lejanas. Las cuatro ciudades de las que eran originarios eran Findias, Gorias, Murias y Falias. Estaban muy dotados tanto para la poesía como para la magia y trajeron con ellos cuatro grandes tesoros: La espada de Nuada, de Findias; La terrible lanza de Lugh, de Gorias; el caldero de Dagda, de Murias y la Piedra de Fal (Lia Fal o Piedra del Destino, de la que se decía que proferiría aullidos en presencia del auténtico heredero al trono de Irlanda), de Falias.
Los Tuatha De Danann llegaron en Beltane (1 de mayo), ocultos por una magia empleada por las deidades Morrigu, Badb y Macha, y se encontraron con los ejércitos firbolgs y fomorios en la Llanura del Mar, cerca de Leinster, donde comenzaron a negociar la paz y la partición de Irlanda, aunque a ello se opuso Eochaid, rey de los firbolgs.
En el Solsticio de Verano, ambos ejércitos se enfrentaron en las cercanías del pueblo actual de Cong, cerca del paso de Benlevi. Grupos de combatientes solitarios lucharon durante cuatro días. Nuada, el rey de los Tuatha De Danann, perdió su mano combatiendo contra Sreng, campeón de los firbolgs. El rey Eochaid murió, y los firbolgs se vieron reducidos a simplemente 300. En gesto de paz, los Tuatha De Danann les ofrecieron una quinta parte de Irlanda. El enemigo escogió Connaught.
Diancecht, médico de los Tuatha, fabricó para Nuada una maravillosa mano de plata que podía mover igual que si fuese real. No obstante, Nuada tuvo que abdicar, ya que no estaba permitido que ningún rey de los Tuatha tuviese ninguna disminución física. En un intento por asentar una paz permanente con los fomorios, el consejo tribal de los Tuatha envió un mensaje a Bress, hijo del rey Elathan, para que fuese su líder. Bress se mostró de acuerdo y contrajo matrimonio con Brigit, hija de Dagda. Simultáneamente, Cian, hijo de Diancecht, se casó con Ethniu, hija de Balor de los fomorios.
Llevaban ya los Tuatha De Danann algún tiempo sufriendo grandes penalidades, cuando el depuesto rey Nuada comenzó a tener problemas con su mano de plata a causa de una grave infección. El hijo y la hija de Diancecht, Miach y Airmid, respectivamente, fueron a ver a Nuada y, mediante métodos mágicos, le devolvieron al brazo su anterior mano cortada, haciendo, de este modo, que el rey se viese entero de nuevo. Por alguna razón, Diancecht mató a su hijo por trabajar éste la magia mejor que él.
Bress era tan avaro con su hospitalidad como lo había sido con sus promesas, práctica no bien considerada por los Tuatha. Cuando el bardo Cairpre, hijo de Ogma y jefe de los Tuatha fue a visitarle, fue tratado con descortesía, siéndole proporcionados una alimentación y un alojamiento horribles.Los Tuatha insistieron para que Bress cambiase.
Bress se retiró bajo el mar, al reino de los fomorios, donde se quejó a su padre Elathan. Los ejércitos fomorios decidieron expulsar a los Tuatha De Danann de Irlanda.
Mientras Nuada celebraba su vuelta con un gran banquete en su capital de Tara, un extraño guerrero se acercó a las puertas de la ciudad y solicitó permiso para entrar. Se trataba de Lugh, hijo de Cian y de Ethniu y nieto de Diancecht.El encargado de la puerta le negó la entrada, diciéndole que ninguna persona sin habilidades especiales podía entrar en la ciudad y añadiendo que ni si quiera el linaje ni la pureza de sangre constituían razones para romper esa costumbre.
Ante la negativa, Lugh comenzó a recitar todas sus habilidades: carpintero, herrero, guerrero profesional, arpista, poeta, brujo, médico, broncista, copero..., pero el encargado de la puerta rió con tono despreciativo. Los Tuatha habían hecho ya su elección. Entonces, Lugh envió un mensaje a Nuada en el que le preguntaba si había entre sus hombres alguno que tuviese tantas habilidades como él.El rey no se sintió demasiado impresionado y le envió a su mejor jugador de fidhchell (antiguo juego de mesa irlandés) para que le retase. Lugh ganó todas las partidas, con lo que Nuada le admitió y le hizo sentar en el puesto destinado para el sabio, ya que Lugh lo era en todos los campos.
Los problemas con los fomorios iban de mal en peor, y Nuada decidió ceder su trono a Lugh durante trece días de guerra para que el poderoso guerrero pudiese así ponerse al mando de las huestes de los Tuatha De Danann y enfrentarse a sus enemigos.Goibniu, el herrero, prometió sustituir todas las espadas y lanzas en una sola noche por otras que garantizaban que su golpe o lanzamiento sería exacto y mortal.Credne, el broncista, se ofreció a fabricar remaches mágicos para lanzas, vainas para las espadas y rebordes para los escudos. Luchtaine, el carpintero, se obligó a suministrar todas las astas de lanzas y escudos, mientras Dagda aplastaría al enemigo con su gigantesca maza.Ogma planificó la muerte del rey fomorio y la captura de, al menos, una tercera parte de sus huestes. Diancecht se dispuso a devolver los muertos a la vida mediante su introducción en un caldero o pozo mágico.Otras deidades, druidas y encantadores prometieron ocultar los ríos y lagos y confundir al enemigo con actos de magia.
Los preparativos para la guerra tomaron siete años. Durante todo ese tiempo que duró la planificación, Lugh envió mensajeros por toda Irlanda para convocar a los Tuatha. Cian, su padre, uno de los mensajeros, fue muerto por los tres hijos del rey de Tuirenn, hijo de Ogma, con quien su familia había tenido desavenencias. Lugh encontró el cuerpo y supo de inmediato quienes habían sido sus asesinos. Pidió el pago en sangre a través de unas peligrosísimas tareas que los tres hombres tendrían que realizar y a las que él sabía que no podrían sobrevivir. Murieron los tres mientras llevaban a cabo la última de ellas.Justo antes de la batalla, cuando Dagda reconocía el terreno, se encontró con Morrigu, diosa de la guerra, mientras ésta se bañaba en el río. A cambio de yacer con ella, ésta le prometío la victoria en combate.
Los dos ejércitos se encontraron en la víspera de Samhain y, de nuevo, se ciñieron en una serie de combates singulares. Esta vez, sin embargo, los Tuatha De Danann curaban sus heridas al día siguiente, apareciendo también como nuevas sus espadas y lanzas.
Los fomorios comenzaron a sospechar y enviaron a Ruadan, hijo de Bress y de Brigit a averiguar lo que pasaba. Mientras Ruadan espiaba a Goibniu, decidió que el herrero debía morir. Con una lanza atravesó el cuerpo de Goibniu, pero el enorme hombre se la sacó y mató con ella al fomorio. Diancecht y Airmid sumergieron inmediatamente el cuerpo de Goibniu en el pozo sanador, con lo que salió curado. Como venganza, un grupo de fomorios se las arregló para cegar el pozo con piedras, destruyéndolo para siempre.
Por fin los dos ejércitos se aprestaron para el combate final. Un consejo de hombres de los Tuatha, considerando que Lugh era lo demasiado vulnerable como para perderlo en batalla, le colocó en la retaguardia, pero él se escapó de sus nueve guardaespaldas y huyó al frente en un carro. Ogma mató a Indech, hijo de la diosa Domnu, y Balor, a Nuada y Macha.
Lugh retó a Balor el del Ojo Maligno -su abuelo-, que era quien mandaba las fuerzas enemigas. Cuando los fomorios comenzaron a abrir el ojo de Balor, que podía destruir a todo el que estuviera a su vista, Lugh, con la ayuda de una piedra mágica que llevaba consigo, hundió el ojo hacia la parte trasera de la cabeza de Balor, haciendo que el ojo mirase hacia los fomorios, matando así toda una hilera de enemigos, aunque otra versión dice que Lugh tuvo que hacer uso de su enorme lanza para sacar el ojo de Balor.
Ganaron la batalla los Tuatha De Danann, que empujaron a los restantes fomorios al mar. Morrigu y Babd subieron a lo alto de las montañas más elevadas para proclamar la victoria, pero Babd profetizó el fin de los dioses, profecía que se vio cumplida cuando llegaron los celtas gaélicos mortales, los denominados milesios.
En Aileach (Londonderry), tres hijos de Ogma -nietos también de Dagda-, reinaban tras la muerte de Nuada. El primer barco de milesios llegó, y sus tripulantes expresaron un gran interés por Irlanda, lo que, como era natural, molestó a los Tuatha De Danann, quienes mataron a Ith, jefe de los milesios, aunque éstos escaparon para contar la traición de que habían sido objeto. Las demás embarcaciones milesias, mandadas por el druida Amergin, llegaron a tierra, y sus tripulantes marcharon sobre Tara. Se produjeron dos grandes batallas, ambas pródigas en hechos mágicos en los dos bandos. Vencidos, los Tuatha se retiraron al interior de la Tierra.
A pesar de su retirada, los Tuatha todavía contaban con poderes para ayudar o dañar. Dagda comenzó a destruir las cosechas de cereales y la leche hasta que los milesios firmaron un tratado de paz con los antiguos dioses. La base de este tratado era la de que los Tuatha recibirían ofrendas y homenajes de los milesios.
Algunos de los Tuatha De Danann optaron por partir a una lejana isla que había al Oeste y que recibía el nombre de "Tierra de la Juventud" (Tir Nan Og) o "Isla de Breasal" (Hy-Breasil). El dios marino Manannan mac Lir partió con ellos, aunque, de vez en cuando, volvía de visita a Irlanda.
A aquellos Tuatha que se quedaron, Dagda, su nuevo rey, les concedió viviendas, asignando a cada uno un "sidhe" (colina o altozano), constituyendo cada uno de éstos la entrada a un maravilloso mundo subterráneo. De esta forma, los dioses celtas fueron conocidos por el nombre de Aes Sidhe (Gente de las Colinas). Cada dios era un Fer-Sidhe (Hombre de la Colina), y cada diosa, una Bean-Sidhe (Mujer de la Colina).